En los últimos años varios anunciantes y sus agencias, se han enfocado exclusivamente, en campañas sobre la diversidad sexual y el empoderamiento femenino. Pero ¿Por qué casi todos se concentran solo en estos dos frentes y no en otras causas que necesita urgentemente el planeta?
Esta miopía algunos la explican justificando que son temas mediáticos y potencialmente virales; otros porque son fáciles de ejecutar y con poca inversión (solo basta ponerlo como concepto en la próxima campaña publicitaria); pero otros más osados señalan que están de moda y son taquilleros dentro del público millenial. Pero atención, no todo el planeta es millenial.
Verdad o no, es claro que para las marcas invertir en campañas publicitarias es más económico, rápido y fácil que hacer una apuesta real en proyectos sociales o ecológicos. Después de todo, siempre será más barato meter el logo con la bandera multicolor a una campaña publicitaria, que invertir en bosques tropicales o en mejorar los procesos de producción para bajar el impacto en el medioambiente.
Pero los anunciantes deberían prestar más atención; el consumidor ya nota el facilismo de algunas marcas, que creen que con solo insertar un concepto inclusivo de comunicación (en una campaña que ya estaba presupuestada), cumplieron su cuota con el planeta.
Las marcas que hacen campañas por el empoderamiento femenino, ¿serán consecuentes al interior de sus organizaciones?, ¿habrá políticas de equidad en salarios? ¿emplean modelos normales y no idealizadas en sus campañas? ¿contratan madres cabeza de hogar sin empleo? Esperemos que “los curas prediquen, pero además apliquen”, tal como cita la frase.
Es irónico que, en algunas campañas que defienden la diversidad, olviden que la diversidad no es solo sexual, hay también diversidad racial e ideológica, por ejemplo, con personas ancianas, obesas, bajas, creyentes, ateos o con limitaciones físicas.
Es de aplaudir de pie, a las marcas pioneras que tomaron estas iniciativas por convicción y no por likes o por moda. Pero el planeta tiene muchas más necesidades y causas por las cuales luchar, y enfocarse solo en dos es un error estratégico.
Si bien es cierto la discriminación por la orientación sexual es un tema sensible en una sociedad que aún estigmatiza, es importante recordar que hay muchos más prejuicios sociales por combatir:
- Discriminación racial
- Discriminación por edad
- Calentamiento global
- Xenofobia
- Campañas contra el Buyilling
- Sexualidad responsable
- Respeto a las otras diferencias: religiosas, políticas, deportivas, ideológicas, etc.
- Tolerancia en redes sociales
- Civismo y convivencia ciudadana
- Manejo de reciclables
- Uso responsable de plásticos
- Ahorro de agua, entre otras.
El esfuerzo por campañas que busquen el respeto a la diversidad sexual es muy importante y no debe frenarse, pero cuándo empezarán las marcas y sus clientes a entender la importancia de pensar además en la biodiversidad que nos afecta a todos. Después de todo ¿cómo izar una bandera multicolor en un planeta inhabitable?