La Vigésimoquinta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019 (COP25), se llevó a cabo en Madrid, España entre el 2 y el 15 de diciembre de 2019. Las siglas COP proceden del inglés Conference of the Parties (Conferencia de las partes), haciendo referencia a los países o partes que han suscrito la Convención Marco de Naciones Unidas contra el Cambio Climático (CMNUCC), alrededor de 200 países. Además de los países participantes, en las conferencias anuales participan como observadores los representantes de empresas, organizaciones internacionales, grupos de interés y asociaciones. La primera semana es de carácter técnico, y en los últimos días, conocidos como “tramo ministerial”, se dan cita numerosos jefes de estado y ministros responsables de cambio climático de diferentes países.
La COP25 fue muy importante porque constituyó la última reunión para activar el Acuerdo de París, concebido como el primer pacto mundial vinculante en defensa del clima del planeta, el cual debe estar plenamente vigente en enero de 2020. En la COP25 se buscaba impulsar las garantías para ponerlo en marcha con la entrada en vigor de las medidas nacionales. En el Acuerdo de París se estableció un plan de acción mundial para limitar el calentamiento global por debajo de los 2 grados Celsius y proseguir con los esfuerzos para que no supere los 1, 5 grados.
A pesar de toda la planeación y de tener todo el planeta pendiente de esta cumbre, no se cumplieron las expectativas. Hubo acuerdos muy modestos, se pospusieron los compromisos de emisión de gases de efecto invernadero y se dejó para el futuro el desarrollo de los mercados de carbono. Los grandes países emisores como China y Estados Unidos rechazaron cualquier compromiso, mientras que países importantes en este tema como Brasil, Rusia e India también jugaron en el equipo contrario a cualquier tipo de acuerdo.
Mientras los países con mayor responsabilidad en el cambio climático siguen aplazando irresponsablemente sus compromisos con los acuerdos para combatirlo, los informes científicos son cada vez más alarmantes y rotundos, demostrando un récord de temperaturas en 2019.
Esta fue una cumbre desaprovechada.