Hace veinte años, subir un video a internet era una rareza. Hoy, es una forma de vida, una industria y un fenómeno cultural. Desde su lanzamiento en 2005, YouTube no solo transformó el modo en que consumimos contenido, sino que democratizó la creación y multiplicó las voces que participan en la conversación cultural global. Y en ese recorrido, América Latina tuvo —y sigue teniendo— un rol protagónico.
El nuevo mainstream se construye en comunidad
El último reporte que realizó el equipo de Cultura y Tendencias de YouTube examina estas dos décadas desde su nacimiento hasta nuestros días. YouTube es mucho más que una plataforma de distribución: es un ecosistema creativo. Creadores y fans cocrean tendencias, géneros y hasta nuevos lenguajes culturales.
El auge del ASMR (Autonomous Sensory Meridian Response), por ejemplo, nació de la propia comunidad de usuarios que compartía una misma sensación física al ver ciertos videos. A partir de esa experiencia, emergió un género entero. Lo mismo ocurrió con formatos como “Get Ready With Me” (GRWM), donde la intimidad de una rutina personal se vuelve espacio para contar historias y generar vínculos.
También cambió la manera de entender el gaming: los videos “Let ‘s Play”, en los que jugadores se graban mientras juegan y reaccionan, transformaron una experiencia solitaria en entretenimiento colectivo.

Cultura sin pasaportes
YouTube rompió el paradigma de que la cultura viaja solo con grandes presupuestos o estudios de cine. Hoy, lo local tiene alcance global. El 85% de las vistas de los artistas de K-pop más populares provienen de fuera de Corea del Sur, y lo mismo sucede con el animé y otros fenómenos regionales.
Lo mismo aplica para América Latina. Bizarrap, productor argentino, consolidó su lugar en el escenario global con colaboraciones virales como la Session #53 con Shakira. Y creadores como Fede Vigevani o Alejo Igoa superaron los 50 millones de suscriptores, acumulando audiencias que trascienden idiomas, edades y geografías.
América Latina: talento local, impacto global
El crecimiento de YouTube en América Latina ha sido meteórico. Yuya, desde México, fue pionera en mostrar que la belleza también podía hablarse en español y con identidad propia: en 2012 se convirtió en una de las primeras creadoras latinas en alcanzar un millón de suscriptores y más tarde, los 10 millones. German Garmendia, desde Chile, llevó el humor al mainstream digital y fue el primer latinoamericano en superar los 10 millones de suscriptores, en 2013.
Más de una década después, los creadores latinos no solo lideran en sus países, sino que cruzan fronteras con facilidad. Peso Pluma, por ejemplo, pasó de ser un fenómeno regional a convertirse en el artista más visto en YouTube en Estados Unidos en 2023. Lo que antes era contenido local hoy conquista a audiencias globales, sin necesidad de adaptarse ni traducirse: lo auténtico conecta.
¿Y ahora qué? El futuro también se crea en YouTube
Con más de mil millones de horas vistas por día, YouTube no solo es parte de la vida cotidiana: es el estándar del entretenimiento digital. La plataforma evoluciona al ritmo de sus comunidades: crecen los videos cortos, pero también los de más de una hora; los podcasts ganan terreno, y el consumo desde televisores se multiplica.
A 20 años de la creación de YouTube, su historia es la de millones de personas que decidieron contar, mostrar, enseñar o, simplemente, compartir un video. El próximo gran fenómeno cultural puede estar, ahora mismo, grabándose desde un celular en cualquier rincón de América Latina.
Porque si algo quedó claro en estas dos décadas es que el entretenimiento del futuro no se ve… se construye entre todos.
¿Quieres saber más sobre cómo creadores y espectadores están reinventando YouTube? Descarga aquí el reporte de Cultura y Tendencias 2025.
Tomado de: Think with Google