Madison
Sebastián Ulloa Villalva, fundador y director general.
¿De qué forma Madison Avenue los inspira?
Desde el día en que nos sentamos a fundar esta agencia saltó la idea de devolver a la publicidad a su era dorada, dándonos cuenta de que estamos en la mejor época para ser publicistas. Los comunicadores nunca antes habíamos tenido tanto poder, tanta voz. Eso es algo que no tenían los Mad Men, ellos debían luchar por los presupuestos gigantes de los peces más gordos, y con esta lucha abrieron las puertas hacia todo lo que hoy tenemos los publicitarios. Ellos sorprendían, obviamente adaptado a su época, hay anuncios que hoy serían escandalosos, pero estoy seguro que un Bill Bernbach o un David Ogilvy nacidos en esta época lograrían cambiar las reglas del juego. Eso es lo que buscamos hacer, pero no me malentiendan, no queremos acercarnos a estos gigantes, simplemente implantar una filosofía de trabajo que sorprenda, sin perder lo ético al ser reales, libre de ego, respetando el trabajo de los demás, aportando y no destruyendo, ser efectivos pero esencialmente divertidos, después de todo solo es trabajo.
¿Qué extrañan de la publicidad de antaño?
Cualquier fan de esta época publicitaria te podría decir que extrañarían los vicios legales dentro de la oficina, pero eso solo era parte del día a día. Encontrar a un redactor pensando con un cigarrillo en la mano es como hoy encontrar a uno en la misma situación pero con una botella de dos litros de agua y un diseño bonito. Creo que lo que realmente extrañamos es el origen de todas las cosas. Ves un anuncio de antaño y se te viene a la cabeza todo el trabajo que tenían que pasar para tenerlo. Ese olor a papel, témperas, acuarelas, tintas tóxicas, recortes, viruta de los lápices. Algo que en esta industria se reemplazó hace tiempo por Adobe y sus programas, que hoy, aunque se use el papel para conceptualizar, se le relegó a un plano artístico. Hoy en ese estilo se ven cosas hermosas, muy raras veces, pero hermosas. Muy difíciles de vender a un cliente que sabe que la digitalización le reduce fuertemente sus costos, pero que cuando lo aceptan, es motivo de celebración.
¿La cultura publicitaria ha involucionado o evolucionado para usted?
La publicidad ha evolucionado, es innegable. Sin hablar de formatos o lo que pueda llegar a ser, ha podido volverse sincera, entretenida, se dio cuenta que si no evolucionaba iba a seguir siendo la parte odiada de la programación televisiva. Hoy podemos ver publicidad divertida, que la queremos ver, que la divulgamos para que más lo vean. Hablamos políticamente correcto, difícil acostumbrarse para varias generaciones, pero necesario para apoyar luchas con alma.
Ahora, lo que sí ha involucionado son los publicistas. La gran demanda de clientes de todo tamaño por estar presentes en todas las redes ha hecho que muchos comunicadores se dediquen a vender nuestra industria como si se tratara de caramelos al por mayor. Los más golpeados resultamos las agencias independientes. En mi opinión todos estos “empresarios” condenan a nuestra industria a volver a ser ese cuadro horrible que nadie quiere ver, que interrumpe bruscamente su día a día. Hoy todos dicen que pueden hacer nuestro trabajo, pero en los resultados se refleja que no. Así que como consejo hacia todos los usuarios, no creamos en todo lo que nos dicen los influencers en TikTok, y para los clientes, no confiemos en una agencia que te hace un paquete sin conocer tu necesidad.
Desde fundada, ¿Cuál ha sido la mayor evolución que ha tenido Madison?
Muchos tipos de evolución, por ejemplo, siempre hablamos de que empezamos en un 4×4, literalmente era un cuarto de paredes blancas con estas medidas. Gracias a nuestro trabajo duro logramos tener un espacio más grande. Empezamos con un cliente que nos dio su confianza y que sigue con nosotros, de hecho hemos estado en Wina con ellos, hoy siguen acá, felices, se casaron con nosotros. Otra muestra de evolución fue el hecho de tener a creativos haciendo finanzas, aprendiendo de administración y contabilidad, algo que nunca pensamos saber. Otra puede ser que ya dejamos de llorar cuando perdemos una licitación, ahora solo nos ponemos tristes, nos levantamos y buscamos más puertas. Pero puede sonar gracioso, pero siempre quisimos tener un cuarto de juegos dentro de la agencia, hoy ya tenemos uno, con un futbolín.
¿Qué reto se propusieron para Wina 2024?
El reto más grande para todos es lograr que todo nuestro trabajo pueda cambiar el mundo. Desde nuestro origen dijimos que cambiar el mundo no significa un efecto macro, lograr que un perrito tenga un hogar es cambiar el mundo para ese perrito y sus dueños; hacer que mucha gente se haga una ecografía mamaria y detecte algo malo a tiempo es cambiar el mundo de esas personas, lograr que la gente que trabaja en Madison o que trabajó pueda haber tenido un portafolio lleno de cosas que cambiaron el mundo de algunos, esto también es cambiar el mundo para nosotros.
Así que nuestro propósito de siempre va a ser cambiar el mundo, aunque también agrégale unos cuántos oros en Wina. A la final, como les dije antes, esto es solo trabajo, pero si lo hacemos bien, todos los chicos que caminan con nosotros en la avenida necesitan tener este reconocimiento en sus portafolios.