¿Cuántas veces nos hemos puesto creativos a la hora de jugar? ¿Y qué pasa cuando la creatividad y el juego pasan a instancias no ociosas y saltan al terreno laboral/profesional? En definitiva, ¿vale la pena conectar la gamificación y la creatividad?
Tal vez sea mejor empezar por el principio, porque la respuesta a esta última pregunta deriva de la conjugación de dos capacidades propias de las personas: la capacidad de adaptarse y de jugar del ser humano. Y así damos paso al ingenio de crear de cada un@ y la gamificación como una herramienta que está entrando en numerosos campos profesionales y personales.
A partir de aquí, y para adquirir conocimientos y ponerlos en práctica, sería como responder si fue antes el huevo o la gallina, porque, ¿empezamos jugando o creando? La verdad es que desde la primera infancia la capacidad creativa de las personas para adaptarse al entorno y buscar cómo cubrir sus necesidades básicas -sí, nos referimos a que nos den de comer, que nos laven, nos abracen o no nos riñan si hicimos algo que no debíamos-, forma parte de un juego, porque así es como aprendemos, jugando. Y creando maneras diferentes de llegar a la caja de galletas que pusieron en el armario más alto (sea pidiéndolas o haciendo de los cajones de la cocina una improvisada escalera por la que ir escalando).
Lo que resulta interesante a la hora de ponernos creativ@s es cómo lo hacemos, qué tenemos en cuenta, qué tiene más peso (encargo o potencial cliente) … Desde Inuit Place e Inuit Place Chile entendemos la CREATIVIDAD como inherente al ser humano, una forma de pensamiento, manera de ser y estar en el mundo que se construye y entrena por la relación de cada persona con su entorno en continuo cambio, siendo un proceso de cambio y transformación permanente. Y que por supuesto, se puede entrenar de muchas maneras, entre ellas, el juego. Pero no de manera aislada, sino dentro de un todo.
Muchas veces decimos que ponemos en el centro a la persona, pero quién es esa persona. L@s profesionales de un equipo son fuentes de inspiración para proponer ideas y desarrollarlas, desde sus vivencias, sus motivaciones. Y al cliente del servicio o el producto que podamos ofrecer le resultará más fácil el encontrar la identificación, porque aquella idea habrá surgido de la suma de vivencias de es@s credor@s.
Y ahí está el reto: entendiendo la gamificación como un proceso de diseño que intente dar respuesta a la necesidad (no siempre ha de ser básica) de una persona, cómo podemos conseguir que el equipo de personas que trabajan sobre una idea estén motivad@s para que trabajen en ella.
Planteando ese proceso como un desafío que sea atrayente, que pueda resultar cotidiano, con metas y reglas claras, que haga uso de herramientas y juegos (sí, se pueden customizar juegos de mercado o crear dinámicas propias) conocidos por tod@s y que resulte ser SMART (simple, medible, accesible, relevante y tiempo finito). Vamos, como los juegos.
Nuestro mantra en Gamificación es “a gamificar se aprende gamificando” así que, vamos a ello. Y si queréis profundizar sobre nuestros recorridos formativos o necesitáis de un acompañamiento para implementar la gamificación en la mejora de vuestros equipos o en el diseño y lanzamiento de tus campañas de publicidad, mercadeo, marketing digital…, contáctanos por nuestras redes sociales, correo y nuestros sitios web, porque si nos sigues por la calle nos da susto.
Luis Meneses, director general de Inuit Place Chile.