Autor: Svenolof Karlsson & Anders Lugn – Ericsson.
Una vez el tema de los derechos estuvo completo, Hellström decidió retirarse. Treschow no tuvo inconvenientes para entender por qué: “Kurt me dijo que quería tomar la opción de la jubilación a los 60 años. Estaba desgastado. Y no es nada natural llegar a la mitad de alguna operación para luego decir: “Bueno, ahora volvemos a iniciar a toda máquina”.
En la búsqueda de un nuevo director en Ericsson, no había ninguna alternativa a largo plazo dentro de la compañía, dice Treschow. “Lo que necesitábamos, básicamente, era alguien que no tuviera experiencia en telecomunicaciones – ya teníamos suficiente de eso”.
La “descripción de la labor” establecía que el nuevo CEO de Ericsson debía haber demostrado resultados excepcionales durante un extenso período de tiempo en una posición similar, pero también:
- Ser un líder extramadamente bueno.
- Ser un comunicador extramadamente bueno.
- Estar extremadamente enfocado en el consumidor, a nivel internacional.
- Tener un interés demostrado hacia la tecnología.
Qué es un buen líder? “Alguien que consiga hacer que las cosas se hagan. Alguien que pueda sacar ventaja no solamente de los recursos posibles, sino también de los imposibles, para seguir adelante. Un líder debe tener la capacidad de hacer que otros lo sigan”, dice Treschow.
“Una nueva era necesitaba de un nuevo liderazgo. Bajo la dirección de Kurt era un asunto de de lucha por la supervivencia y eso requiere de un tipo de liderazgo. Ahora tenemos que luchar por un futuro”.
“Para nosotros era importante encontrar a alguien que fuera sueco. Ericsson es una compañía sueca con cultura y administración suecas”.
Además, el nuevo CEO tenía que ser un comunicador excepcional. La experiencia propia de Treschow le ha ensañado que ningún líder tiene control sobre la imagen que proyecta. En algunas situaciones esto puede tener un costo alto. “Cuando las cosas estuvieron peor en Ericsson y los medios estaban a la caza de Hellstöm, él estuvo expuesto a serias amenazas. Esto puede ser increíblemente desagradable. Una cosa es ser criticado cuando todo está mal, puedes lidiar con esto. Pero cuando los medios te convierten en una caricatura, las cosas se han ido demasiado lejos”.
Se llamó a una compañía de búsqueda de ejecutivos, para que ayudara a escoger candidatos. No fue ninguna sorpresa para Treschow que Carl-Henric Svanberg fuera uno de ellos.
LA EXPERIENCIA DE EHRNROOTH
Entre las referencias, las opiniones sobre Georg Ehrnrooth tuvieron mucho peso. Ehrnrooth es miembro de una familia industrial finlandesa y como miembro de la junta directiva de Assa Abloy, él ha sido jefe de Svanberg durante ocho años.
Ehrnrooth y Svanberg se reunieron por primera vez cuando la finlandesa Abloy y la sueca Assa se fusionaron en 1994. Los dueños obviamente estuvieron preocupados por algún conflicto entre las dos culturas corporativas. El holding finlandés en Assa Abloy era de aproximadamente el 55 por ciento, y el holding sueco era del 45 por ciento. El CEO de Abloy, Matti Virtaala, tenía como objetivo conseguir el puesto en la empresa fusionada, pero los suecos querían a Svanberg.
Ehrnrooth aceptó a Svanberg después de varias discusiones con los representantes de los principales propieatrios suecos, Gustaf Douglas y Melker Schörling – este último, el mentor más importante de Svanberg a lo largo de los años.